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Mostrando entradas de 2015
Aquí les dejo un enlace para una presentación. Gracias, Inma Flores https://www.flickr.com/photos/119794713@N04/23243041462/in/dateposted-public/lightbox/

Saludos de Canarias a las poetas de Vista Alegre

Justas No quiero. No sé. No me sale. Allí las dos, como dos pollabobas sentadas en nuestras sillitas, frente a mamá. Dos agujas cada una; la de la derecha al aire, la de la izquierda sujeta bajo el sobaco. Venga, mira  tu hermana qué bien lo hace. La miro y me asombra su destreza. Bailan codos y muñecas danzas de vientre ensartando hilos con choques de metal: tic-tac, tic-tac, crece la bufanda. Decrece su madeja, aumenta el abriguito de su muñeca; merma la lana y su rojo me pinta los cachetes. Anímate. Ya verás que divertido es. Que no, que no me sale. La miro otra vez. El patuco casi está. Quiero cabalgar. Enganchar sortijas con mi lanza. Embestir con ella al caballero negro y derribarlo. Dirijo al galope mi montura hacia él; golpeo su pecho con mi lanza y cae de su silla. Ríndete, bellaco. Levanto el yelmo para descubrir sus facciones y de debajo de la cesta de los hilos surge, enfurecida, la cara de mi madre. Acabo de liberar a la princesa de las garras del
Pasado mañana, jueves, 10 de diciembre, a las 19 horas, en el Exconvento de Santo Domingo, en La Laguna, presentaremos dos álbumes, El rancho de Cris y La mochila rosa , ilustrados por Nazara Lázaro e Isaac Correa, de cuyos textos soy autora. Editados ambos por Bellaterra, han sido publicados también en catalán, y pronto aparecerán en inglés. Estamos muy contentos y ¡allí nos vemos!
Gracias a mi amigo Raúl Díaz ( La graja, enlace para su sitio en la red a la derecha), por la foto. Gafas nuevas Se me iban los días inclinada sobre colorines y cuentos de huérfanos extraviados en bosques remotos y hazañas de héroes con espadas; me tumbaba boca abajo en el suelo para contemplar durante horas en el atlas desgastado los países que visitaría de mayor. Acariciaba aquellos pedazos de tierra marrón con la yemita de mi dedo y aparecían las manadas de búfalos pastando en la llanura, que se arrancaban de repente en una estampida ciega, incierta;  los pingüinos corriendo hacia el agua sobre la plataforma de hielo; las nutrias gigantes retozando a la orilla del río; las manadas de elefantes atravesando la sabana, a vista de pájaro. Cada vez que lo abría era como abrir la puerta y adentrarme en el mundo. El mundo existía lejos, más allá de las fronteras de la isla. Fuera me esperaban tantas aventuras fascinantes; tantos países que un día exploraría… Y quería saber más
Tía Para mis sobrinos, con amor. Ata nos parió en casa, a Elenita y a mí, una madrugada fría y tormentosa de noviembre. Corría el barranco y Abuelo pedaleó cinco kilómetros bajo la lluvia, asustado por la negrura que los rayos rompían, para traer a la comadrona. Abuela había perdido ya un bebé en la clínica porque los médicos dejaron que se le cumplieran las horas sin alumbrarlo. Así que vine al mundo en El Rosario, en pleno temporal, cinco minutos más tarde que Elenita. Ella y yo formamos un buen equipo. Abuelo era estibador portuario, hombre lector y curioso que, tras los turnos en los muelles, se sentaba a leernos cuentos y nos contaba historias maravillosas. Traía tejidos de países lejanos, del cambullón, pintados de selvas y bosques, de guepardos y jirafas, mostraba los libros prohibidos en silencio y daba a catar exquisitas frutas exóticas que nadie conocido había saboreado. Recortes de prensa y revistas extranjeras sacábamos los niños del fondo del armario bajo j
Aquí les pego un vídeo que hice de mi último viaje a Argentina. Véanlo hasta el final que les gustará. Lo mismo aparecen y todo, jajaja... Hasta pronto, un abrazo